Al igual que Uldaman y Ulduar, Uldum alberga una de las pocas construcciones conocidas de los titanes, cuya existencia transciende más allá de la vida mortal en Azeroth. Durante años, los historiadores han explorado el sur de Kalimdor buscando la forma de entrar en esta antigua tierra titán, en busca de más evidencias sobre los orígenes de Azeroth. Pero el Cataclismo lo cambiará todo, ya que la fachada tras la que Uldum ha estado oculto durante milenios va a ser destruida, haciendo que poderosos misterios queden expuestos a ser descubiertos por los exploradores más valientes, inteligentes, o quizá, incluso los más brutales.

Tras largos años en el exilio, los trols Lanza Negra se están preparando para invadir las Islas del Eco y reclamar la tierra que una vez les fue entregada por Thrall. Liderados por Vol’jin, un sabio y valorado Lanza Negra, los guerreros más valientes partirán de Orgrimmar y el Poblado Sen'jin, buscando traer la caída de Zalazane y comenzar con la reconstrucción de sus hogares y poblados en las Islas del Eco. En World of Warcraft: Cataclysm, los nuevos trols aventureros comenzarán su andadura en estas diminutas islas en las costas de Durotar, donde podrán comenzar a experimentar de primera mano esta época de prueba y transición.

Antaño fue una gran ciudad Altonato que dio cobijo a algunos de los elfos de la noche más reverenciados de Kalimdor, Vashj’ir, fue engullida por el Mare Magnum durante la Brecha y se creyó perdida para la eternidad. La Reina Azshara, la otrora amada líder de los elfos de la noche, escapó de la muerte en las profundidades del mar cuando el Pozo de la Eternidad implosionó. Pero tal salvación tuvo un gran precio, ya que la reina y muchos de sus antiguos Altonato fueron transformados en los monstruosos naga, condenados a vagar los mares durante miles de años. Su existencia sigue siendo un gran misterio para las gentes del Azeroth moderno, aunque el Anillo de la Tierra ha descubierto que los nagas de Azshara están atacando Vashj’ir con un propósito desconocido mientras los lamentos de los elementos desde el abismo retumban en todo Azeroth.

Durante años, el Monte Hyjal y el malherido Árbol del Mundo, Nordrassil, han permanecido aislados del resto de Azeroth. Hasta ahora a salvo bajo el campo protector de denso follaje creado por Malfurion Tempestira, Nordrassil se ha estado recuperando lentamente de la devastación ocurrida durante la Tercera Guerra, cuando Malfurion invocó el poder del árbol para destruir al archidemonio Archimonde y repeler las fuerzas de la Legión Ardiente y de la Plaga. Ahora, con el inminente cataclismo, una vez más el bienestar del Árbol del Mundo corre gran peligro. Desde las Tierras de Fuego en el plano elemental, Ragnaros y sus esbirros se preparan para irrumpir en Hyjal y prender fuego a todo Nordrassil, lo que pondría en serio peligro toda la vida en Azeroth.

Los elementales nativos de Azeroth sembraron el caos por todo el mundo mientras estaban bajo la influencia de los Dioses Antiguos.

Gilneas está situado en la península al sur del Bosque de Argénteos.

La idea preconcebida de que cualquier goblin vendería a su mejor amigo por un puñado de oro no es del todo incorrecta: muchos de ellos lo harían y algunos incluso lo hacen.