Solo los veteranos más experimentados de Azeroth poseen la fortaleza para empuñar los artefactos legendarios contra la Legión Ardiente. Tus armas que se forjaron entre mitos crecen en poder al igual que tú, y tus elecciones cambiarán tanto sus facultades como su aspecto, sus sonidos y la sensación en combate. Convierte tu artefacto en el arma de guerra perfecta y guía a tu facción en su momento de mayor necesidad.

Ahora eres uno de los cazadores de demonios más grandes de Azeroth y mereces un arma que no solo sea poderosa, sino que también lleve un nombre.

Discípulos de Illidan

Los cazadores de demonios tienen dos especializaciones diferentes: Caos y Venganza Cada una posee una identidad única que se ve reflejada en las elecciones de arma artefacto.

• Los cazadores de demonios de caos infligen daño rápido y letal con las Espadas Gemelas del Impostor. Estas gujas de inmenso poder son capaces de cortar todo lo que se interponga en el camino del cazador de demonios.
• Los cazadores de demonios de venganza son capaces de resistir cualquier amenaza entrante. Sus armas predilectas son las Hojas de Guerra Aldrachi, imbuidas con el poder y la increíble resistencia de un pueblo perdido.

Cada artefacto es un símbolo del poder del cazador de demonios que lo porta. Los nombres tienen poder; aprende los nombres de estas armas míticas a la perfección, ya que serán tus compañeros contra el enemigo más letal que hayas enfrentado.

Caos: Espadas Gemelas del Impostor

Estas gujas pertenecen al antiguo cazador de demonios Varedis Almavil. Antiguo miembro de los Illidari y uno de los peores enemigos de la Legión Ardiente, Varedis fue asesinado en el Templo Oscuro. Tras ser revivido por el líder de la Legión, Kil'jaeden, en el Vacío Abisal, Varedis se rindió al demonio que llevaba dentro, renunciando a su mortalidad. En el proceso, tanto él como sus gujas fueron imbuidos con un gran poder por los aliados eredar de Kil'jaeden.

Venganza: Hojas de Guerra Aldrachi

En épocas pasadas, el titán oscuro, Sargeras, ofreció a los poderosos aldrachi un lugar en su Legión Ardiente. Pero los aldrachi eran incorruptibles y mataron a numerosos demonios antes de que su raza fuera aniquilada. Sargeras asesinó personalmente a su mejor campeón y se apoderó de sus armas. Mucho más tarde, una cazadora de demonios se convirtió por voluntad propia en sirviente de Kil'jaeden, teniente de Sargeras. Complacido, Kil'jaeden le entregó las hojas de guerra, con el fin de poseer una parte del poder de los desaparecidos aldrachi y devastar a los mortales de Azeroth con él.