Solo los veteranos más experimentados de Azeroth poseen la fortaleza para empuñar los artefactos legendarios contra la Legión Ardiente. Tus armas que se forjaron entre mitos crecen en poder al igual que tú, y tus elecciones cambiarán tanto sus facultades como su aspecto, sus sonidos y la sensación en combate. Convierte tu artefacto en el arma de guerra perfecta y guía a tu facción en su momento de mayor necesidad.

Ahora eres uno de los druidas más grandes de Azeroth y mereces un arma que no solo sea poderosa, sino que también lleve un nombre.

 Guardianes de la naturaleza

Los druidas tienen cuatro especializaciones diferentes: Equilibrio, Feral, Guardián y Restauración Cada una posee una identidad única que se ve reflejada en las elecciones de arma artefacto.

• Los druidas de equilibrio portan la Guadaña de Elune, un arma que exige una comprensión verdadera sobre lo que significa el equilibrio. Aquellos que no son lo bastante fuertes son arrastrados fácilmente por el poder del arma y son dominados por la misma.
• Los druidas ferales portan algo más que un símbolo de su férrea resistencia en los Colmillos de Ashamane. Imbuidos con un ancestral poder primal, servirán muy bien en la batalla que se avecina.
• Los druidas guardianes son un real ejemplo de "fuerza de la naturaleza". Ayudados por las Zarpas de Ursoc, se convertirán en un formidable muro de pelaje y cólera, resistiendo a cualquiera que se enfrente a su poder.
• Los druidas de restauración son grandes amigos de la naturaleza y maestros de las artes de la sanación. Con una rama de G’Hanir, el Árbol Madre en sus puños, están listos para resistir a cualquiera que se atreva a perturbar la estabilidad de Azeroth.

Cada artefacto es un símbolo del poder del druida que lo porta. Los nombres tienen poder; aprende los nombres de estas armas míticas a la perfección, ya que serán tus compañeros contra el enemigo más letal que hayas enfrentado.

Equilibrio - Guadaña de Elune

Este artefacto místico fue creado hace milenos a partir del Bastón de Elune y un colmillo del semidiós lobo Goldrinn. La Guadaña de Elune lleva consigo una larga y perturbadora historia para los druidas: quienes no son lo bastante cuidadosos pueden ser consumidos fácilmente por el espíritu de Goldrinn, imbuido en el arma. Vinculada al origen de los huargen en Azeroth, se dice que la guadaña posee un poder lunar oculto para el druida que sea capaz de alcanzar el equilibrio necesario para controlarlo.

Feral – Colmillos de Ashamane

La enorme pantera Ashamane, uno de los primeros dioses salvajes, fue una de tantos que respondieron al llamado del semidiós Cenarius y defendieron el mundo de Azeroth durante la Guerra de los Ancestros. Cayó en la batalla contra la Legión, pero salvó numerosas vidas en el proceso. En Val'sharah se construyó un gran santuario en su honor, donde sus colmillos fueron adornados y exhibidos. Se dice que aún guardan gran parte de su poder.

Guardián – Garras de Ursoc

Forjadas en acero de titanes por la Guardiana Freya, observadora titánica, estas garras fueron su regalo al gran oso Ursoc, uno de los dioses salvajes. Ursoc portó las garras en numerosas batallas, hasta su muerte durante la Guerra de los Ancestros. Aunque su cuerpo se desvaneció, las garras permanecieron; asimismo cuenta la leyenda que un fragmento de su espíritu permaneció en su interior. Después de arrebatar las garras a unos seguidores fúrbolg de Ursoc, una banda de druidas las llevó consigo al Sueño Esmeralda, en busca del espíritu del dios, y las regresó a éste para que las cuidara.

Restauración – G’Hanir, el Árbol Madre

Se trata de una rama tomada de G'Hanir, el primer árbol, que fue entregada a los druidas mortales por la semidiosa Aviana hace mucho tiempo. Su conexión con el místico Sueño Esmeralda representa una influencia sanadora y estabilizadora para el mundo de Azeroth. Últimamente, los druidas han usado este bastón para retener la corrupción y locura de la Pesadilla. Como resultado, los sátiros al interior de la Pesadilla aguardan con desesperación la destrucción de G'Hanir.