Viviendo como un Illidari: La salida es el camino a seguir

por Blizzard Entertainment el August 13th a las 7:00pm

Únete a nosotros a medida que viajamos junto a un emplumado cazador de demonios que se adentra en Mardum, y aprendemos lo que significa ser un miembro del ejercito illidari. (Incluye spoilers)


El abismo destrozado

Como unas enormes fauces bostezantes, Mardum se encuentra frente a mí. Aquí, la vileza fluye libre, y me siento atraído y a la vez ahuyentado por ella. No estoy solo al adentrarme en estas tierras desoladas. Hay otros como yo, los que adoptaron las enseñanzas de Lord Illidan, que dicen que, para derrotar a la Legión Ardiente, debemos sacrificarlo... todo.

Hace eones, Sargeras creó Mardum para encarcelar demonios. También creó la Piedra angular sargerita para encerrarlos.

Pero cuando los titanes decidieron quemar toda la creación, destrozó Mardum, lo que esparció sus fragmentos por todos lados en el Vacío Abisal. Y fue así como nació la Legión Ardiente.

Sargeras protegió su piedra angular en este fragmento en particular. Es un tipo de llave esqueleto, que otorga acceso a cualquier mundo de la Legión. También es la llave del plan de Lord Illidan para la destrucción de la Legión.

Nuestra misión es doble: tenemos que destruir a los demonios en su propio fuerte y encontrar la Piedra angular sargerita.

La ruta por Mardum

A medida que avanzo por este terreno marcado por la vileza, destruyo demonios como si fuese el motivo de mi existencia. Intento reducir la marcha para evitar extralimitarme y salir gravemente herido, pero no creo que sea necesario. Consumir almas demoniacas me mantiene vivo, me vuelve más fuerte y me permite destruir a más de ellos. Como nos dijo Lord Illidan, usaremos su propio poder y nos volveremos más fuertes que ellos.

Con los mismos portales de la Legión, invocamos a las fuerzas de la Lengua de ceniza, los naga, y los Shivarra. Cada portal requiere un sacrificio... un precio que hay que pagar para sobrellevar esta guerra.

El primero en pasar por los portales, el Señor de la batalla Gaardoun trajo un regalo de Illidan... un sablevil, una poderosa bestia que puede vivir en este hostil medio ambiente. Me servirá de mucho en esta batalla.

Hay tanta energía vil aquí, y la corrupción es abundante.

Un breve retraso

Algunos de nuestros illidari terminaron como prisioneros de la Legión. Sé que para continuar nuestro asalto, tenemos que contar con todos los guerreros que podamos. Trabajo duro para conseguir las llaves de sus captores demoniacos, liberarlos a todos, y que se unan a la lucha otra vez.

En las profundidades de la Costa de Magma, Jace Tejeoscuro me pide que espíe a los líderes de la Legión. El Comandante apocalíptico Beliash y la Reina de la camada Tyranna conspiran para detener nuestro progreso al volcán donde se encuentra la piedra angular.

Una gran necesidad

Lady S’theno de los Cicatriz Espiral mandó a informar que la situación ha empeorado mucho en el Templo Oscuro. Es imperativo que encontremos la Piedra angular sargerita pronto si queremos regresar en el tiempo para ofrecer ayuda.

¡Corre, Cazador de demonios, corre!

Tras el avance, discutimos la necesidad de atacar la fortaleza araña más adelante, en donde la Reina de la camada Tyranna se escondió.

El bombardeo de los devastadores de la Legión está presionando demasiado a los resguardos de Jace. Es hora de acabar con ellos.

Nuestros equipos responden rápido luego de colocar los estandartes, y los devastadores quedan destrozados por la fuerza destructiva utilizada en su contra. Cometí el error de acercarme demasiado al primero, pero aprendí mi lección y mantuve mi distancia del siguiente.

De vez en cuando, me topé con algunos de los nuestros que sufrían a manos de las Alimañas malignas. Están por todas partes. Solo tarda un momento, pero puedo reunir a mis compañeros illidari y enviarlos a esta aparentemente interminable pelea.

Leer es vil-importante

Hay una Madre de los diablillos dentro de la Guardería Hedionda que oí tiene un escrito de secretos viles. Si nos apoderamos de él, obtendremos más poder para usar contra la horda demoniaca. No es alguien agradable de ver, y sus demonios tampoco. Quitarle el libro de las manos costará algo de trabajo.

A la Reina de la camada Tyranna no le complace que le haya robado los secretos de la Legión. Sus gritos demuestran su desesperación a medida que nuestras fuerzas continúan presionando en dirección al lugar de descanso de la piedra angular.

Al leer el escrito en el interior de la Garrida Illidari, descubrí más acerca del poder que yace frente a mi y todos los illidari que pasan por este camino... o debería decir, “caminos”. Hay dos frente a mi: uno causa estragos. Un camino que he recorrido desde que comencé este viaje por Mardum. Si decido seguir caminando por este camino, aprenderé los secretos de Metamorfosis y como dominar mi Presencia demoníaca. El otro camino es la venganza, en donde también puedo aprender Metamorfosis, y también cómo liberar los poderes de la Sangre vil. Los poderes de mi Haz ocular también se convertirán en algo con más pinchos... muchos más Pinchos demoniacos.

Acepto el camino de los estragos, y puedo dejar el camino de la venganza para más tarde. No todos pueden contener la vileza, por lo que compartir el conocimiento de nuestros caminos con los demás siempre es algo amargo.

Abriendo mis alas

Estoy listo para abrir mis alas... o al menos las de un murciélago vil cercano... e ir a luchar contra la Reina de la camada Tyranna.

La Reina de la camada Tyranna tiene un par de trucos bajo la manga, pero los illidari también. Hice todo lo necesario, aceptando los nuevos poderes que me robé de los demonios con los que me encontré en mi camino a este maldito lugar. Cuando muera, la Piedra angular sargerita será nuestra.

Con la Piedra angular en nuestra posesión, podremos abrir un portal de regreso al Templo Oscuro, pero las cosas dieron un decisivo y calamitoso vuelco...

Y pasaron los años

Las cosas no se dieron como lo esperábamos... nos capturó la celadora Maiev Cantosombrío, quien nos ha tenido encerrados en su prisión por años. Pero ahora, en el peor momento de Azeroth, nos despertó para pedirnos ayuda en la lucha contra la Legión Ardiente una vez más.

Con Altruis y Kayn libres de sus prisiones, ponemos manos a la obra y luchamos por los niveles de la Bóveda y liberamos a los demás illidari. Una cosa es luchar junto a mis compañeros, pero hacerlo al lado de las celadoras tras nuestro largo encierro es toda una sorpresa... por así decirlo.

La tumba del penitente

Gul’dan encontró su camino hacia la bóveda, en donde las celadoras mantienen el cuerpo de Illidan. Tener a la Legión en posesión de Illidan, incluso en la muerte, no nos traerá nada bueno.

Maiev abre la tumba, y para nuestra sorpresa, Gul’dan está con la traidora Cordana Cancionvil. A medida que escapan, nos enfrentamos a dos de sus esbirros. Las últimas palabras de Maiev fueron que debemos sobrevivir, escapar, y buscar al Archimago Khadgar. 

Al derrotar a las criaturas de Gul’dan, nos dirigimos al elevador y nos encontramos con más illidari luchando contra los demonios al interior. Kayn y Altruis se me adelantaron, pero la Illidari Jace Tejeoscuro tiene un murciélago vil a su lado que puede llevarme por el resto del camino.

Un brote en el Resguardo del Demonio

No éramos los únicos prisioneros aquí. Hay otros que serán un gran peligro para nosotros si no actuamos para contenerlos. Avanzamos por la Bóveda de Hielo, Bóveda de Ley, y Bóveda de Espejos, atrapando a estas criaturas una vez más al interior de los confines de la bóveda. Para salir de aquí, tenemos que llegar al Salón de sentencia.

La decisión

Altruis y Kayn están en desacuerdo, y tengo una decisión que tomar. El Charco de la sentencia podría aclarar mi mente... y así observo a las profundidades esperando encontrar una respuesta.

Con mi decisión ya tomada, es hora de enfrentar a Bastillax, obtener su poder, y quedar libre de la prisión de una vez por todas.

Encontramos a Bastillax en el centro de la Cámara de la Noche, rodeado por una legión de demonios... e hicimos lo que todo Cazador de demonios haría, y lo atravesamos con nuestra espada.

Intenta aplastarnos entre las sombras, pero perseveramos, arrancándole trozos y pedazos y también a quienes llama para que lo ayuden. Al final, termino consumiendo su poder. Lo único que queda es huir de una vez por todas.

Afuera, el Archimago Khadgar nos está esperando. Estaba al tanto de nuestra llegada y nos pide ayuda para salvar a Azeroth. Obviamente aceptamos. Para eso nos sacrificamos. Es nuestro propósito... es mi propósito.

Azeroth... y libertad... son lo que me espera a medida que nos dirigimos a Ventormenta. El camino por cumplir mi propósito por fin comenzó, y la Legión Ardiente espera. Espero que estén preparados.